PARQUE NATURAL DEL ALTO TAJO Por José Carlos de Santiago | 5 mayo 2008 | Categoría General Este blog pretende ser de ayuda y disfrute de todos los que amamos el Alto Tajo. Saludos. One thought on “PARQUE NATURAL DEL ALTO TAJO” The Riverman dice: 13 abril 2009 a las 16:14 Que frio, pero que bonito. El viernes de Semana Santa once valientes estuvimos navegando por el Alto Tajo, digo valientes, porque a pesar de la nevada que estaba cayendo, continuamos paleando hasta el final. El espectáculo que nos ofreció la naturaleza fue de recordar, una cortina de copazos de nieve nos tenÃa embobados, el caudal estaba a tope, casi frenético, las olas saltaban a las embarcaciones como locas. Al principio las manos las tenÃamos gélidas, hasta que José Carlos tuvo la gran idea de bajarnos unos guantecitos de neopreno, ahora ya no tenÃamos escusa para no continuar. Fue de esas veces que el agua del rÃo estaba más caliente que el aire. Tuvimos algunos vuelcos, sobre todo en los pasos con colchones, donde el agua golpeaba con fuerza en las mimbreras que están en medio del rÃo, el trabajo de timón fue primordial. Los neoprenos de 5 mm. fueron aprovechados a tope. Ya secos y bajo el techo del bar del hotel de Poveda, devoramos los bocatas que nos habÃamos ganado, hoy sin sudor, pero con arrojo. Molo. Deja una respuestaTu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *Comentario * Nombre * Correo electrónico * Web Δ Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Que frio, pero que bonito.
El viernes de Semana Santa once valientes estuvimos navegando por el Alto Tajo, digo valientes, porque a pesar de la nevada que estaba cayendo, continuamos paleando hasta el final.
El espectáculo que nos ofreció la naturaleza fue de recordar, una cortina de copazos de nieve nos tenÃa embobados, el caudal estaba a tope, casi frenético, las olas saltaban a las embarcaciones como locas. Al principio las manos las tenÃamos gélidas, hasta que José Carlos tuvo la gran idea de bajarnos unos guantecitos de neopreno, ahora ya no tenÃamos escusa para no continuar. Fue de esas veces que el agua del rÃo estaba más caliente que el aire.
Tuvimos algunos vuelcos, sobre todo en los pasos con colchones, donde el agua golpeaba con fuerza en las mimbreras que están en medio del rÃo, el trabajo de timón fue primordial. Los neoprenos de 5 mm. fueron aprovechados a tope.
Ya secos y bajo el techo del bar del hotel de Poveda, devoramos los bocatas que nos habÃamos ganado, hoy sin sudor, pero con arrojo.
Molo.