El cerro Arco, una aventura a la luz de la luna llena
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domingo, 21 de noviembre de 2010
La época de plenilunio o de luna llena da lugar a distintas actividades. Algunos afirman que es época ideal para iniciar inolvidables relaciones románticas. Otros coinciden en que esta fase lunar es propicia para empezar una dieta ya que el astro colabora con nuestro organismo.
Quienes se dejan guiar por las creencias populares dicen que durante este período hay hombres que asumen la condición de lobo, dejándose arrastrar al canibalismo más puro. Con menor dramatismo y sobre todo con menos credulidad que los anteriores, otros prefieren hacer deporte y aprovechar la iluminación natural que brinda el satélite.
Éste es el caso de quienes realizan la ascensión al cerro Arco amparados por la eterna novia del sol. «Hay mucha gente que le gusta el deporte de montaña. A partir de eso pensamos en acercarle una posibilidad de hacer esta actividad con luna llena, haciendo de esto una alternativa útil para mejorar la calidad de vida», comentó Domingo Ãlvarez, quien hace años organiza el evento y es dueño del restaurante y museo de montaña «Puerta de la quebrada» que se encuentra al pie del cerro Arco.
Hay que señalar que a quienes les preocupa la inseguridad no tienen por qué hacerlo. Todos los atletas consultados coincidieron en que nunca han sufrido un incidente. Así también lo reconoció Ãlvarez: «Acá la gente viene sin dinero, viene sólo con lo que tiene puesto. Afortunadamente, por el tipo de lugar, nunca ha pasado nada».
Alrededor de una centena de amantes de la naturaleza y la noche (si el tiempo es bueno) aprovechan los viernes de luna llena de cada mes y desde las 21 se disponen a realizar la escalada.
Con el astro de frente que llena los ojos y con una luz que estira las sombras sobre el suelo escarpado, los caminantes eligen el rocoso sendero y dirigen sus pasos hacia las tres estaciones de antenas que dominan el Arco. De fondo y a lo lejos, también se escucha ladrar a los perros. Toda una escena rulfiana.
Los personajes a lo largo del sendero que trepa la montaña son variados. Es el caso de Miguel Cappadona y Manuel Sarmiento, quienes por primera vez decidieron sumarse a esta experiencia. «Es muy relajante y muy tranquilo. Claro que también requiere su esfuerzo. Pero si logramos llegar a la cima festejamos todo el fin de semana», comentaron casi a dúo entre fatigados suspiros.
Durante esta ruta, claro está, también aparecen espíritus más deportistas. «Generalmente, salimos a correr al parque o venimos al cerro de dí. Esto lo hemos hecho varias veces. Es como subir varias veces una escalera», explicaron Débora Canales, Andrea Rao y Ana Yanzón quienes realizaron a paso rápido todo el recorrido hasta la cúspide del cerro y no se tomaron más de diez minutos para iniciar el descenso, alentadas seguramente por una buena cena de recompensa.
A medida que se empieza a divisar las antenas de la cumbre, comienza a levantarse el telón de un espectáculo para la vista. Es que frente a los ojos, hacia el sureste, aparece un mantel de luces extendido sobre la ciudad mendocina. «Es todo muy lindo y no hace calor, es la primera vez que lo hacemos y ya pensamos en volver», comentó un trío de deportistas recién llegados a la cima.
Y es en este lugar donde flashes, abrazos de felicitación y rostros que poco a poco recuperan su color normal ilustran el recinto al aire libre ocasionalmente habitado por estos visitantes de la noche.
Ariel Torres es preparador físico y junto a su grupo de alumnos también participó de la ?caminata lunar’. «Otras veces he llegado a traer treinta personas y la experiencia es muy buena», relató, al tiempo que como buen instructor físico recomendaba: «Lo aconsejable es tener una actitud saludable, una buena hidratación y un buen abrigo, porque acá arriba el cuerpo se enfrí rápidamente».
Puestos en marcha para el retorno, muchos se dejan llevar por el delicioso aroma del asado que los espera en la base. De hecho, varias personas que prefirieron permanecer anónimas confesaron entre risas que el premio de la comida era más importante que el ascenso hasta la cumbre.
«Organizamos un asado para todos aquellos que lo deseen. La idea es pasar un rato cordial entre amigos luego de haber hecho ejercicio», dijo para finalizar Domingo.
Ya sea para mejorar nuestra condición física, para pasar un rato con amigos o simplemente para observar las estrellas, la noche y la luna, la experiencia cumple todos los requisitos para ser inolvidable.
Federico Fayad – ffayad@losandes.com.ar