RECUERDOS DE GANCHEROS
Fluye hoy el Tajo transparente y claro por las hoces y cortados de nuestras sierras en esta estación de canícula,cuando se amansa y da tregua a las rocas que esculpe sin
descanso. El tiempo salvaje de crecidas ya terminó y las cascadas que jalonan y alimentan su paso s e r p e n t e a n t e s e relajan y sestean al calor como el resto de habitantes de
estos lares. Ahora los g a n c h e r o s y a h a b r í a n terminado su recorrido y estarí
terminada la faena, que habrí comenzado allá por marzo, con las crecidas, en las que el Tajo engullí maderadas de entre 10.000 y 100.000 troncos.Cuadrillas de gancheros, entre 50 y 1000 trabajadores originarios sobre todo de Priego, Cañamares y Beteta,
apacentaban los pinos aguas  la delantera, que trabajando desde la orilla permití el paso
de los troncos en los estrechos y tras ellos iba la zaga, que desmontaba su trabajo y
recogí los troncos ahogados, caminando hábilmente sobre la madera flotante.
.Un trabajo peligroso que tení sus puntos negros, donde casi todos los años el Tajo se
cobraba alguna vida, como el “ P o z o d e l I n f i e r n o †e n P e ñ a l é n . S u c a l z a d o e r a n albarcas y su único instrumento el gancho. En las horas del descanso
d o r m í a n l a maderada en las “vaguadas†y ellos se recogín en los abrigos y covachas que jalonan l río, acostados sobre el brezo y el boj. Todaví se recuerdan sus algaradas a su paso por los pueblos en el Dí del Señor, único dí que dejaban la vera del río para darse un descanso tras tanto tiempo de monte y trabajo.José Luis Sampedro nos
describió su vida como nadie,en un libro que ahora presta su nombre a este boletín, “El río
que nos llevaâ€.Ellos ya no están y su trabajo va quedando en el olvido, rescatado una vez al año en la “Fiesta de los Gancherosâ€, itinerante en los pueblos ribereños; una fiesta que nos permite bañar la memoria con la realidad, a veces ignorada, de que nuestra sierra, nuestro Tajo y su equilibrio natural ha llegado hasta nosotros gracias a la presencia de
otro ser vivo al que hemos de ayudar a sobrevivir en esta dura tierra: el hombre. RECUERDOS DE GANCHEROS
Javier Aragoncillo. Revista Sexmas.
A. TOMICO