Via Ferrata del Sorrosal

Una de las primeras vías ferratas que se construyó en el Pirineo. Ubicada en la localidad de Broto, esta vía sube por el margen de la famosa cascada del Sorrosal, una magnífica cascada con dos saltos de agua de 50 metros y se adentra en el mismo barranco cruzándolo por un puente tibetano y terminando sobre una faja con unas vistas espectaculares del valle de Broto y del río Ara. 

Esta ferrata además es perfecta para la iniciación a este tipo de actividades, ya que apenas tiene tramos de verticalidad, todos los agarres son grandes y cercanos y en todo momento hay un cable de seguridad al que permaneceremos anclados con las cintas disipadoras. 

Comenzamos en la base de la cascada, el sonido del agua nos acompaña en todo momento. Una sucesión de escaleras, presas de escalada y clavijas nos llevan a “la plaza del pino” desde donde observamos la cascada y la poza colgante. Unas escaleras nos conducen a un pasadizo por el que entramos al interior del barranco, llevaremos linternas para cruzar la cueva y vemos el umbral por el que se desprende toda el agua del barranco. Atravesamos el cauce por un puente tibetano y saldremos del mismo por tramos de escaleras verticales hata una faja colgada del pueblo de Broto con unas maravillosas vistas del valle y de todo el recorrido vertical que dejamos atrás. 

Muy recomendable su combinación con el barranco del Furco en la misma localidad para poder apreciar las curiosidades de este tipo de roca desde otro punta de vista y completar un inolvidable día de aventura.

Sin duda una de las experiencias imprescindibles en tu paso por los pirineos.

Puente en la vía ferrata de Foradada.

Paso volado de la vía ferrata de Sorrosal.

Patio y cornisa en la vía ferrata del Espolón.